PATRICIA MEDICALYSADO
EL JUEGO DEL AMA CON EL OBJETO
Cuando la situación, lo requiere, puedo tratar al individuo como un objeto, utilizándolo de alfombra, mientras lo tengo tendido en el suelo, para que pueda limpiar mis botas o zapatos sucios, o simplemente tenerlo extendido para poner mis pies en su cara y apoyarlos en sus mejillas a modo de cojín.
Suelo pasar mis pies por sus genitales, deslizándolos suavemente y acariciándolos, otras veces les propicio algún que otro golpe, para que entienda quién es la dueña.
Muestro mi superioridad, saltando o andando sobre mi alfombra humana.
Pongo al objeto a cuatro patas, haciéndole ver que es una mesa o una silla, para ello me siento en su espalda o le coloco un mantel, mientras permanece inmóvil y sus genitales llegan al suelo.
Otras veces lo utilizo de lámpara, quieto y fijo en un lugar, de pie, siempre erecto, para encenderla o apagarla.